En VT Agencia de Conferenciantes sabemos que el papel del presentador o maestro de ceremonias es clave para el éxito de cualquier evento. Este no solo da la bienvenida o presenta a los ponentes: también marca el ritmo, mantiene la atención del público y aporta profesionalidad y fluidez al conjunto.

Hoy hablamos con Javier Reyero, periodista, coach y presentador de eventos. Javier forma parte de nuestros colaboradores habituales y tiene amplia experiencia presentando eventos corporativos, congresos y galas. En esta entrevista, nos cuenta cómo vive su trabajo desde dentro, qué desafíos ha enfrentado y qué se necesita para conectar con una audiencia desde el escenario.

¿Cómo comenzaste tu carrera como presentador o maestro de ceremonias?

Lo primero me llevó a lo segundo. Cuando conduces programas en televisión y tienes la suerte, como fue mi caso en la mejor época de Telemadrid, de convertirte en un rostro conocido, de repente te llaman para hacer de maestro de ceremonias de un evento. Si lo haces razonablemente bien en la tele y en directo, lo harás bien y sin agobiarte en un encuentro profesional. Creo que ese suele ser el razonamiento inicial y lógico.

¿Cuál ha sido el evento más desafiante que has presentado y por qué?

Recuerdo una cosa que hice hace tiempo para CLEAR CHANNEL. Se me ocurrió la idea en una reunión previa de hacer conexiones en falso directo con algunos representantes de la compañía. Daba paso a grabaciones y mantenía con ellos conversaciones en tiempo real… Fueron más de treinta. Una cosa de locos. Pero quedó muy bien y la agencia y el cliente estaban encantados.

¿Qué tipo de eventos disfrutas más presentar: corporativos, congresos, galas…?

A mi me gusta implicarme. Creo que los presentadores hemos de ser consciente de que eso que llamamos “bolo” (una expresión que a mi no me gusta) puede ser el gran evento del año del cliente final. No puedes equivocarte con un nombre o con una pronunciación de algo que forma parte de su negocio. Es ridículo y muy poco profesional. Un evento implica estudiar previamente, no llegar y leer un guion. Eso lo puede hacer cualquiera y no nos pagan ni nos quieren para eso.

¿Cómo te preparas antes de presentar un evento importante?

Me gusta saber qué espera el cliente, cuál es el asunto central de su pauta, qué objetivos tienen para el evento y qué pretenden de mí. Siempre pido la pauta técnica para entender qué sentido tienen los vídeos, qué peso tienen las presentaciones en PPT, etc. Y siempre me hago mi propia escaleta con un guion muy particular. No es un guion para leer, es un conjunto de notas relevantes para que no se me olviden cosas importantes y para añadir contexto.

¿Qué crees que marca la diferencia entre un buen presentador y uno excelente?

La preparación previa y cogerle el punto al evento. Es muy importante adaptarte al tono que tenga el asunto. Ni pasarte de gracioso ni ser el más aburrido del barrio. Pero siempre en línea con lo que haya planificado el cliente.

¿Tienes alguna rutina o “ritual” antes de subir al escenario?

No. Soy maniático para muchas cosas, pero no para esto. Sí me gusta colocarme yo la petaca del micro. Pero lo hago para que el técnico de sonido tenga una preocupación menos. Y trato, cuando pruebo el micro, de salirme de la norma del “uno, dos, tres… ¿se me oye? ”. Poco más.

¿Qué debe hacer el presentador cuando algo no sale como estaba previsto durante un evento?

A un conductor de un evento se le requiere para que no cree problemas. Somos introductores e inductores. No somos la estrella del evento. Eso es para la marca que organiza. Si además de no crear problemas el presentador es capaz de solucionar alguno de los que se presenten sobre la marcha mientras el equipo técnico y de producción está encarando el caos, mejor que mejor. Es como en la tele. Si falla todo el único que tiene la voluntad y la obligación de seguir hablando y activo es el presentador.

¿Puedes contarnos alguna anécdota curiosa que hayas vivido en un evento?

Una vez se nos estropearon los cañones de proyección por un problema de tensión eléctrica a cinco minutos de comenzar. Como el reinicio se toma su tiempo, tuvimos que entretener a la audiencia durante más de veinte minutos. ¡Allí si que hubo que tirar de docenas de anécdotas!

¿Qué te gustaría que recordaran de ti los asistentes después de un evento?

De mí que no les haya resultado ni pedante, ni despistado ni excesivamente chistoso. Me gusta cuando la gente me dice que se lo han pasado bien y que han tenido la sensación de que yo también sabía mucho de su sector.

Diles a los lectores de nuestro blog la razón fundamental para contar contigo como maestro de ceremonias.

¡Ja, ja, ja! Está sí que es buena. Relación calidad-precio podría ser una. La segunda es la reincidencia. Si una empresa o agencia te pide que repitas en un corto espacio de tiempo, no lo habrás hecho tan mal. Y eso me ocurre a menudo.

 


 

Agradecemos a Javier Reyero que haya compartido con nosotros su experiencia, su visión sobre los eventos y algunas anécdotas que muestran la importancia de contar con un profesional preparado y resolutivo en el escenario.

Si estás organizando un evento y buscas un presentador o maestro de ceremonias que aporte dinamismo, seguridad y calidad, no dudes en consultar nuestro catálogo de presentadores.

Porque un buen evento no solo se recuerda por lo que se dice, sino por cómo se vive.

Scroll al inicio